Pero Jesús va a introducir un nuevo orden, llevando a
plenitud el precepto sabático con estas palabras: “El hijo del Hombre es Señor
del sábado”.
A lo que los judíos habían transformado en literal, Jesús le
va a dar su verdadero significado: San Marcos nos mostrará las palabras de
Jesús frente a otro acontecimiento en día sábado: “El sábado se hizo para el
hombre y no el hombre para el sábado”, así pues, “El hijo del hombre es Señor
del sábado”.
El hecho de que los discípulos desgranaran unas espigas de
trigo para comerlas y saciar el hambre, fue aprovechado por Jesús para dar
significado a una ley que había perdido la originalidad. Ante el precepto de no
poder curar en sábado, Jesús se presenta como el médico que cura el dolor
físico y espiritual, y ante el hambre, Jesús se nos da como alimento. Para
Jesús, por encima de cualquier norma, está la dignidad de la persona, Él busca
la libertad del hombre, una libertad que debe conducirnos a práctica del amor
verdadero.
¿Y tú? ¿Eres de los que se aferran a una ley insoportable, o,
por el contrario, ¿Eres de los que comprenden y practican la misericordia de
Dios?
Dios les bendiga.
Por Jesús Escalona.
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