Celebramos hoy la fiesta del Apóstol
San Andrés, hermano de San Pedro, a quienes el Señor llamó para ser pescadores
de hombres.
¡Qué bonito! Ser pescadores, ser
pescadores de hombres. La humilde tarea de un pescador consiste en llenarse de
paciencia, esperar sin dejar de tirar el anzuelo. Jesús llama a Andrés y le
pide que sea su discípulo, no le pide que abandone su profesión, simplemente le
pide que la transforme. Ahora su misión irá más allá, con Jesús su trabajo adquiriere
un nuevo significado.
Estamos en Adviento, un tiempo
litúrgico precioso que nos regala la Iglesia, un tiempo en el que nos
preparamos para recibir a Jesús que viene a nosotros, que viene a por nosotros.
¿Qué cosas debo transformar? Mejor dicho, ¿Cuáles son las cosas que el Señor
debe transformar en mi vida para convertirme en pescador de hombres?
Desde mi vocación profesional,
¿ayudo al Señor en la tarea evangelizadora? ¿Tengo paciencia para llevar
adelante la obra del Señor? Dios nos ha dado unos dones que no debemos desaprovechar.
No se trata de sacar provecho para satisfacer solo mis necesidades, sino que se
trata de sacar partido para mis hermanos. Quien descubre este estilo de vida, ya
no vive para sí, sino que empieza a construir un mundo caracterizado por el
crecimiento del reino.
Queridos amigos, que a lo
largo del día nuestro trabajo sea para anunciar que Jesús es el Señor. Que pasemos
de ser simples pescadores a ser grandes pescadores de hombres.
Fiesta de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy insigne patrono (elog. del Martirologio Romano)
Fiesta de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy insigne patrono (elog. del Martirologio Romano)
Rom 10, 9-18. La fe nace del
mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo.
Sal 18. R. A toda la tierra alcanza su pregón.
Mt 4, 18-22. Inmediatamente dejaron
las redes y lo siguieron.
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