Queridos amigos,
Celebramos hoy la el día de
la Iglesia Diocesana. “Una Iglesia y
miles de historias gracias a ti” es el lema de este año y una realidad que se
fortalece con la contribución de todos. En este día tan especial hemos de dar gracias a Dios, orar y renovar nuestro
compromiso eclesial con el objetivo de promover el sostenimiento económico de
la Diócesis de Huesca. Nuestro Obispo
nos escribe que es preciso desarrollar la
sana creatividad del amor para dar respuesta a las prioridades, urgencias y
emergencias que, entre todos, hemos de afrontar.
En la segunda lectura que
hemos escuchado, el autor nos insiste en que tenemos un solo mediador, Jesús ofreció por los pecados, para siempre jamás,
un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que
falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Gracias
a Cristo nuestra vida adquiere un nuevo significado, ahora los que ya gozamos
de la gracia de divina debemos de esforzarnos por construir un mundo más
humano, lleno del amor que Dios ha infundido en nuestros corazones. El perdón
de Dios nos libera de la ofrenda, de forma que sólo nos queda ser capaces de
pedir perdón y perdonar a quienes nos han hecho daño.
¿Qué nos debe preocupar? El
Evangelio que hemos escuchado es escatológico. No deja de insistir estos días
en la segunda venida de Jesús. No olvidemos que el hombre está hecho para Dios,
la venida de Jesús no debe ser para nosotros preocupación ni angustia. Al contrario,
alegría y júbilo, porque por fin se realizará en nosotros lo que estamos
llamados a ser, personas creadas a imagen y semejanza de Dios. Personas
llamadas entrar en la dinámica del amor divino.
Nos debe preocupar el
esforzarnos por llevar una vida según la voluntad de Dios. Cumplir la voluntad
de Dios es dejar al margen aquello que nos hace daño y nos impide crecer. Cumplir
la voluntad de Dios es ser libres para ser felices. Nuestra ofrenda a de ser un corazón arrepentido y dispuesto a acoger los demás.
Queridos amigos, no buscamos
otra cosa más ser felices. Esta búsqueda nos hace pasar por un proceso de
purificación, y por tanto de dolor y sufrimiento. Sufrimos porque nuestro corazón
vive apegado a las cosas de este mundo y no es fácil desprenderse de ellas. Dios
que conoce las intenciones de nuestro corazón, nos dará la gracia para ser
capaces de dejar aquello que nos impide seguirle y entrar en su reino.
Dan 12, 1-3. Por aquel tiempo se salvará tu pueblo.
Dan 12, 1-3. Por aquel tiempo se salvará tu pueblo.
Sal 15. R. Protégeme, Dios
mío, que me refugio en ti.
Heb 10, 11-14. 18. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados.
Mc 13, 24-32. Reunirá a los elegidos de los cuatro vientos
Heb 10, 11-14. 18. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados.
Mc 13, 24-32. Reunirá a los elegidos de los cuatro vientos
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